
Pasando al SL 400, la Grand Edition en esta especificación utiliza un V6 biturbo de 3.0 litros con 367 PS y 500 Nm. Para un automóvil que pesa 1.735 kilogramos (3.825 libras) antes de las opciones, Mercedes-Benz podrÃa haberlo hecho mejor. Mucho mejor si los ingenieros hubieran podido integrar el M256 de seis en lÃnea, pero la plataforma no lo permitirÃa.
Ambas opciones vienen con una transmisión automática de nueve velocidades, de 19 y 20 pulgadas AMG ruedas, cuatro opciones de color exterior y muchas insignias además de adornos cromados. El sistema Airscarf, el masaje multicontorno y los asientos ventilados, Active Parking Assist, Driving Assistance Plus y la tapicerÃa de cuero Brown Pearl también son estándar.
La plata mate en la fascia delantera y una suspensión baja completan la lista de actualizaciones traÃdas a la Grand Edition. Con todo, Mercedes-Benz podrÃa haber hecho mejor para imbuir más especialidad en el SL.
Lo que el Mercedes-Benz le está haciendo al Sport Lightweight en estos dÃas palidece en comparación con lo que SL representaba en las décadas de 1950 y 1960. Cuando el W198 contaba con puertas de ala de gaviota, el 300 SL era el automóvil de producción más rápido del mundo (260 kilómetros por hora). Luego vino la Pagoda la siguiente década, escrita por los diseñadores principales Paul Bracq y Bela Barenyi.
Mirando la herencia del SL, el R231 no es suficiente. La generación actual no solo es un poco insÃpida en comparación con el Mercedes-AMG GT, sino que el SL no es tan lujoso como el S-Class Coupe y el S-Class Convertible.