
El 6 de febrero de 2018, el cohete Falcon Heavy de SpaceX despegó de Florida, llevando al espacio su carga histórica: un Tesla Roadster. Una vez hecho su trabajo, se suponÃa que los tres propulsores del cohete aterrizarÃan en tierra y en el mar. Solo tuvieron éxito parcialmente.
Debido a la falta de fluido de ignición necesaria para iluminar los dos motores externos y garantizar el descenso controlado del propulsor, cayó como un martillo, chocando contra el mar a 300 mph y dañando el barco no tripulado.
En algún momento de esta semana, si el clima lo permite, el Falcon Heavy partirá en su segunda misión, para orbitar el satélite Arabsat 6A. Ya pospuesto varias veces, el lanzamiento también significará otra oportunidad en un aterrizaje triple exitoso.
Al igual que lo hicieron en febrero del año pasado, los dos propulsores laterales se dirigirán a sus áreas de aterrizaje designadas en el Cabo, mientras que el tercero una vez más se dirigirá hacia el y esperará lo mejor.
Además de los aterrizajes de refuerzo, SpaceX intentará atrapar las dos piezas del carenado a medida que caen hacia el océano.
Si tiene éxito, SpaceX escribirá otro gran capÃtulo en los libros de historia de la exploración espacial. La compañÃa será la única en utilizar un cohete operativo, casi totalmente recuperable, de este tamaño.
El Falcon Heavy está compuesto por tres propulsores, cada uno equipado con núcleos de nueve motores Falcon 9. Combinados, los tres generan 5 millones de libras de empuje.
El segundo lanzamiento del Falcon Heavy está programado para las 5 p.m., hora del PacÃfico, el 11 de abril.
SpaceX intentará aterrizar los propulsores laterales de Falcon Heavy en las Zonas de aterrizaje 1 y 2 y el núcleo central de Falcon Heavy en el dron de Of Course I Still Love You durante la misión Arabsat-6A → https://t.co/gtC39uBC7z pic.twitter.com / 0vHnyYt0nN
– SpaceX (@SpaceX) 9 de abril de 2019